Fuente: Tariqa Osmanli Naqshibendi Argentina
Bismillahi Rahmani Rahim
A medida que avanzamos en este Ajir
Zaman, en este descenso cíclico que corresponde a los últimos tiempos en que se
encuentra la humanidad, comprobamos no sin cierto asombro la indiscriminada
proliferación de sucedáneos peligrosos de la espiritualidad tradicional,
sucedáneos que se inscriben visiblemente en un movimiento falsario cuya
tendencia es la completa inversión y falsificación de la doctrina tradicional.
Lo realmente asombroso es cómo personas supuestamente instruidas dentro de un
ámbito en que la Tradición predispone a un cierto orden, colaboran con esa
tendencia antitradicional siendo soportes efectivos para fuerzas y prácticas
incorrectas que no sólo afectan el aspecto corpóreo del ser humano sino que
inciden malignamente en su orden sutil causando estragos peores que la
enfermedad que pretenden combatir. Esto demuestra una ignorancia cabal, síntoma
por lo demás muy apropiado a esta época moderna en la que se consiente
ciegamente ante cualquier sugestión o engaño.
A pesar que los rostros visibles
encargados de promover, vulgarizar y comerciar con esta 'espiritualidad
falsaria' se corresponden con las características externas de una tradición
poderosamente viva en la actualidad (el Islam), la ignorancia consentida
de la que forman parte los convierte en agentes espontáneos de la obra de corrupción
que desde años se viene desarrollando para hundir cada vez más a la humanidad
en los abismos carcelarios del engaño y al autodestrucción.
Decimos que la Tradición se contrapone a
la modernidad y todo su bagaje de sistema apócrifos (todo lo que tenga que
ver con los supuestos humanistas, desde las políticas liberales a las ciencias
profanas). Una se erige sobre fundamentos suprahumanos, la otra se
construye sobre la exacerbación de la más baja humanidad. Ambas son de por sí
completamente incompatibles, por lo que es rotundamente imposible que
encontremos transigencias de lo Tradicional frente a lo moderno. Sin embargo,
nos resulta penoso comprobar cómo estos gurús de lo falsario no sólo que
transigen con la modernidad (al utilizar sus métodos de desviación),
sino que en el mayor de los casos la anteponen a lo tradicional. Es decir,
llega hasta tal punto la falsificación que de la Tradición solamente se emplean
algunos conceptos ya desvirtuados que pueden resultar atractivos a la turba
inconsciente dispuesta a ser manipulada por estos manoseos oscurantistas.
Sirvan las palabras anteriores a modo de
breve introducción a lo que pretendemos denunciar como desviaciones evidentes,
tanto peores cuando quienes son sus víctimas y victimarios las asimilan inapropiadamente
a la Tradición y reducen a ellas una experiencia que debería ser transformadora
y que sin embargo redunda en la sujeción al más bajo psiquismo.
I. El
Psicoanálisis como iniciador
Una de las características propias de la
civilización moderna -la cual consideramos una auténtica anomalía surgida de
una peligrosa ilusión que desvincula al hombre de toda realidad metafísica- es
la desnaturalización y la falsificación de todo aquello que tenga algún nexo de
contacto con la Tradición (enemiga por principio de toda 'modernidad', como
la luz de la oscuridad). Esta característica tiene la función de desviar al
hombre de su estado y función original. Ahora bien, cuando la desviación logra
llegar a su punto de mayor manifestación, se transforma en una 'inversión' que
supone un estado completamente opuesto al orden normal, una total 'subversión'.
Esta subversión conlleva un carácter de 'parodia' o 'falsificación' de
naturaleza 'diabólica' que se manifiesta en el movimiento antitradicional bajo
la forma de seudo espiritualidades que ponen en evidencia la inexorable
veracidad del dicho 'Satán es el mono de Dios'.
En esta obra de subversión
característica de la época moderna cumple un papel enormemente importante el
Psicoanálisis y todo su conjunto de derivados apócrifos. Es decir, la
civilización moderna y su sistema profano han forjado por un lado la enfermedad
(al desarraigar al hombre de sí mismo mediante las locuras generadas por el
materialismo) y ha propuesto una cura que, insensiblemente, no deja de
acrecentar el mal. Todo esto responde a un estudiado sistema de manipulación y
dominación que sólo pretende la sujeción del ser humano a un poder disolvente y
corruptor.
Al trabajar con lo que se considera
'aspectos del subconsciente', o con su equivalente, el 'inconsciente' -conjunto
de las prolongaciones inferiores de la consciencia-, no se hace más que operar
con fuerzas bajas del ámbito sutil, es decir, con las influencias más
'maléficas' del psiquismo inferior. El objeto del psicoanálisis es manifestar
estas fuerzas inferiores sobre el ámbito 'consciente' sin lograr brindar un
tratamiento terapéutico efectivo. Ante esto podríamos citar como ejemplo el
inmenso laboratorio psicológico del Instituto Tavistock, cuyo 'profeta' fue el
mismísimo Sigmud Freud.
II. Manipulación
de Masas
El Instituto Tavistock, cuyos
científicos experimentales (psicólogos, sociólogos, antropólogos,
etc...) son los encargados de elaborar la inmensa sugestión
desencadenada sobre la humanidad mediante la manipulación de masas, surge en
Inglaterra luego de la Primera Guerra Mundial bajo la dirección de la Oficina
Militar de Guerra británica. Uno de los primeros estudios del Instituto en 1921
tuvo que ver con los efectos de las neurosis de guerra en los soldados
británicos sobrevivientes. El propósito del estudio no era tanto curarlos sino
poder determinar cuál era el 'punto de ruptura' de los hombres bajo presión.
Así fue como el Instituto aprovechó la experiencia del 'colapso psicológico' en
tiempos de guerra para crear teorías sobre cómo se podría inducir una crisis
nerviosa en ausencia del terror que producía la guerra. El resultado fue una
teoría de 'reflejos condicionados', es decir, de manipulación de masas, que
implicaba una experiencia de grupo que podría utilizarse para moldear los
valores de la gente y, a través de ello, confinar la comprensión de las
asunciones axiomáticas que gobiernan la sociedad a un estrecho y totalitario
concepto del mundo. En este orden de acontecimientos también encontramos a
Edward Bernays, sobrino de Freud, de quien se sirvió de conceptos sobre el
'inconsciente' en Norteamérica para la manipulación del individuo en el ámbito
publicitario masivo. Bernays fue uno de los forjadores de la 'opinión pública'
(formación y manipulación) y del concepto de 'turbulencia social' o
'psicosis de masas': los individuos se sienten disociados al intentar huir del
terror de la realidad emergente y se retiran a un estado de negación,
volcándose a los entretenimientos y diversiones fútiles por un lado, y a las
terapias alternativas por el otro, ambas opciones manipuladas y dirigidas por
la forja misma del sistema que genera la psicosis.
Lo que a continuación nos ocupará son
las terapias alternativas que han surgido desde el Psicoanálisis y que
comportan una grosera parodia de la espiritualidad tradicional.
III. De
la Transpersonalidad al Holotropismo
Un tal Stanislav Grof es uno de los
principales fundadores de lo que se ha dado en llamar 'Psicología
Transpersonal' y un supuesto investigador del uso de los 'estados alterados de
la consciencia' (entendemos que todo 'estado alterado' corresponde de hecho
a una anomalía -una consciencia 'alterada' es una consciencia 'aturdida',
'confundida', incapaz de discernir la realidad-, cosa que debemos tener muy en
cuenta), con el supuesto -aunque desmedidamente dudoso- propósito de
sanación, crecimiento e introspección, tal como este gurú fraudulento presenta
sus técnicas de desarrollo personal.
Sin embargo, Grof es conocido en
particular por sus estudios experimentales del LSD (droga psicodélica semi
sintética que se obtiene de la ergolína -compuesto químico heterócilto- y de la
familia de las triptaminas) y sus efectos sobre la psique, en el campo
experimental conocido como 'Psicoterapia Psicodélica' (psicoterapia que
trabaja con drogas alucinógenas, con las que se cree 'explorar' y 'expandir' el
'alma' -dentro de la subversión que modernamente se hace de los conceptos y sus
significados inherentes, encontramos este: 'psicodélico', es decir, 'que
manifiesta el alma', cuando en realidad la droga no hace más que, como toda
psicoterapia, exaltar los aspectos más bajos del psiquismo inferior).
Basándose en sus observaciones al
investigar el LSD y la teoría del 'trauma del nacimiento' de Otto Rank (psicoanalista
judío austríaco discípulo de Freud), construyó un marco de referencia
teórico para la psicología pre y perinatal, y para la Psicología Transpersonal
en la que 'viajes' de LSD y otras experiencias de sugestión son 'mapeadas'
sobre las experiencias fetales y neonatales del sujeto, experimentando con
droga sobre mujeres embarazadas, prolífico y nefasto laboratorio para la
manipulación. Con el tiempo esta teoría 'evolucionó' en una 'cartografía'
exhaustiva de la psique humana. Luego de la supresión legal del LSD a fines de
la década del 1960, Grof descubrió que muchos de estos estados mentales podían
ser explorados ('explotados', diríamos) sin drogas y usando ciertas
técnicas de respiración en un entorno propiamente arreglado para la sugestión.
Hoy en día este trabajo se desarrolla mediante las técnicas de 'respiración
holotrópica'.
Teniendo en cuenta aquellos antecedentes
colegimos que estas seudo ciencias han surgido desde la desviación moderna y
como tales no poseen una incidencia efectiva (a pesar de lo que clamen sus
mentores y divulgadores) en el desarrollo de las posibilidades inherentes
al ser humano, ya que originalmente implican una desconexión con lo Tradicional
(a pesar de que muchos utilicen estas seudo ciencias en nombre de tal o cual
forma tradicional) y un claro movimiento hacia el control efectivo de las
masas, función fundamental de las 'espiritualidades falsarias' que han surgido
como 'alternativas' al caos emocional y espiritual producido por el imperio del
materialismo.
IV. Araneda
y la Biodanza
La 'Biodanza' se define como un sistema
de 'autodesarrollo', y fue creada en la década de 1960 por el antropólogo y
psicólogo chileno Rolando Toro Araneda. No debería ocuparnos mucho espacio
aquí, debido a que este movimiento apela a un reconocimiento 'emocional' de uno
mismo mediante la música, la danza y el contacto 'físico' con el otro, por lo
que carece completamente de fundamento espiritual. Sin embargo, está siendo
utilizada por personas que se encuentran adscriptas (o 'iniciadas') a
una Tradición -por más que los métodos empleados por este sistema contradigan
abiertamente cuestiones tradicionales de orden fundamental- como método de
'auto ayuda', lo que equivale a un mero e inefectivo sucedáneo que colabora en
la subversión tradicional y en el desarraigo del hombre con respecto a toda
realidad metafísica.
Araneda ha realizado investigaciones
sobre la 'Expresión del Inconsciente' (es decir, lo infrahumano...) y
sobre los 'Estados de Expansión de la Consciencia', lo cual lo emparenta con
las peligrosas y perjudiciales desviaciones de Stanislav Grof. En un primer
momento las experiencias con Biodanza fueron llamadas apropiadamente
'Psicodanza', y su ámbito experimental fue el Hospital Psiquiátrico de Santiago
de Chile y el Instituto de Estética de la Universidad Católica de Chile (paradojalmente
el catolicismo 'moderno' no ha dejado de colaborar con todos estos sistemas
subversivos, mostrando contundentemente su ineficacia total para estos tiempos).
Cabe aclarar que la finalidad oculta
tras todas estas seudo terapias es colaborar en la forja de entidades pasivas
cuyas voluntades sean anquilosadas y corrompidas, entidades dispuestas a ser
moldeadas para recibir el virus mortal de la autodestrucción. Una voluntad
anquilosada y pasiva es incapaz de trascenderse a sí misma, como también lo es
de hacer frente a aquello que realmente debe ser combatido, esto es, superado.
En el Islam tradicional todo es movimiento y acción, yihad, un continuo
esfuerzo de la voluntad sobre las posibilidades inferiores y disolventes del
ego. El amor cristiano, la pasividad budista, la resistencia de Ghandi, no son
equivalentes al Islam, ya que fundamentalmente el Musulmán tradicional es
Guerrero.
V. La
Mentira del Eneagrama
Terminaremos nuestra breve exposición
refiriéndonos a tal vez la técnica que ha arraigado más profundamente en el
imaginario del sufismo new age y las prácticas alternativas: el Eneagrama.
Hablar de Enegrama sin referirnos a su
siniestro mentor, Gurdjieff, sería un completo despropósito. De sus supuestos
viajes con propósitos místicos es desde donde va configurando su sectarismo
heterogéneo. Notable es el hecho de que en 1890 se afilió a las sociedades
secretas (masónicas) de Armenia que luchaban y se sublevaban contra el
domino del Imperio Otomano -es decir, colaborando en los levantamientos contra
la autoridad del Califato divinamente investido-, y se sirvió de estos vínculos
para llevar a cabo ciertas investigaciones de índole personal en el campo de lo
desconocido (ese 'esoterismo liberal' tan del gusto masónico).
Según la fantasía de este nefasto
personaje, creador de la que se daría en llamar el "Cuarto Camino" (mezcla
heterodoxa y caótica de tradiciones como el budismo, el sufismo, el hinduismo y
el cristianismo ortodoxo), hay tres caminos de realización: el del fakir,
el del monje y el del yogi. Más allá de estos tres caminos hay un cuarto camino
que convenientemente es el suyo. Su desviación alcanza a postular que en el
Cuarto Camino una de las funciones más importantes es la sexual, es decir, la
energía sexual es la más poderosa que produce el organismo, sin la sublimación
de la cual no se puede lograr nada (se cuenta un incidente ocurrido a una
mujer que estaba comiendo en el mismo restaurante donde se encontraba
Gurdjieff, y que éste con sólo fijar su vista en ella logró producirle un
orgasmo... Fuerzas del psiquismo inferior puestas en marcha).
En 1915 conoce a Piotr Ouspensky, quien
más tarde se convierte en el principal difusor del Cuarto Camino en occidente.
En sus escritos biográficos, Ouspensky cuenta sus sucesivos intereses en la
psicología, su descubrimiento de Nietzsche, se considera anarquista, y
manifiesta su 'enorme interés' en la idea de la 'Cuarta Dimensión'. ¿De dónde
es que obtiene su supuesto 'conocimiento tradicional'? De su maestro no menos
nefasto, Gurdjieff.
Comprobamos en estos personajes poco
santos el ciego afán de 'esoterismo' que caracterizó a movimientos heterodoxos
y poco (por no decir nada) tradicionales como el Teosofismo de M. Blavatsky.
La figura del Enegrama tal cual hoy la
conocemos aparece por primera vez publicada en 1947 en el libro 'En busca de lo
milagroso' de Ouspensky, siendo una parte integral del Cuarto Camino. Se dice
-sin embargo esto es muy poco probable, a pesar de que se cita como fuente la
biografía de un gran santo del Islam, biografía de hecho muy poco confiable que
cuenta con innumerables adiciones de vidas de otros santos del pasado; es más,
en el caso que fuese confiable, se dice que 'no hay permiso de utilizar tal
aplicación -del conocimiento de los nueve puntos, que no del Eneagrama- hasta
el final de los tiempos'-, se dice que el traspaso de esta figura -y su
doctrina- de oriente a occidente fue obra principalmente de George I. Gurdjieff
y sus seguidores. Sin embargo, la figura constituida como tal no existe ni se
ha encontrado jamás en civilización tradicional alguna. Convenientemente para
Gurdjieff el Eneagrama se ha mantenido en secreto por más de 2000 años, siendo
justamente él el encargado de 'vulgarizarlo' con su difusión.
Ni Gurdjieff ni Ouspensky se reconocen
adherentes a orden o doctrina tradicional alguna, lo que nos lleva a concluir
que son dos 'librepensadores' del esoterismo, tan característicos de nuestros
días, que han surgido de la desviación moderna colaborando en su acción
antitradicional.
Siguiendo esta línea de falseamientos
nuevamente nos encontramos en la década de 1960, momento que coincide con la
aparición en Estados Unidos (cuna de toda aberración) del hippismo, la
música rock (surgida en Inglaterra pero que eclosiona en Norteamérica, la
que nunca ha dejado de ser colonia británica sino sólo para ser su más
peligrosa heredera) y el consumo desmesurado de drogas como la marihuana y
el LSD (estrategias impulsadas por el ya mencionado Instituto
Tavistock), nos encontramos con un personaje no menos notable que
nefasto. El boliviano Oscar Ichazo hereda una biblioteca de su abuelo (que
seguramente contenía obras de Gurdjieff y Ouspensky) y haciendo inventario
encuentra unos libros que describen un sistema para él desconocido, por los
cuales le despierta un desmedido interés. Se dice, aunque como todo lo anterior
esto también es para nada verificable, que recibe el conocimiento del Eneagrama
de maestros sufíes en Afganistán (¡¿?!).
Ichazo desarrolla los nueve tipos de
personalidad correspondientes a los nueve puntos del Eneagrama (idea que él
afirma es única y original ¿?). En 1971, Ichazo se traslada a Estados
Unidos (patria que acoge gustosamente a estos energúmenos del espíritu)
donde entra en contacto con el Dr. Jhon Lilly, prolífico contribuyente de la
experimentación psicoanalítica, la investigación del cerebro y la comunicación
de las especies (famoso por sus delirantes estudios con los delfines), y
con Claudio Naranjo, psiquiatra chileno también 'vulgarizador' del Eneagrama.
En nuestros días, el Eneagrama se
utiliza indiscriminadamente desde ámbitos seudo sufíes que promueven seminarios
altamente costosos de tres días (espiritualidad comercializable) para el
autoconocimiento presentados con el paradójico y burlesco título de 'Psicología
Sufí', ¡como si en tres días de alquilada espiritualidad pudiésemos ahondar en
realidades interiores hoy día casi inaccesibles para la mentalidad moderna!.
VI. A
modo de conclusión
Con estas notas nuestra intención ha
sido esclarecer ciertos puntos que generan confusión en cuanto a la sana
experiencia de la espiritualidad tradicional. Es penoso que se involucre el
nombre del Islam con prácticas y creencias completamente ajenas al mismo y que
han surgido de la más burda y perjudicial subversión. Que quede claro: lo que
producen estas seudo espiritualidades es un 'desbloqueo' del tránsito de las
fuerzas sutiles del orden más inferior para llevarlas a actuar sobre la
superficie de la consciencia humana originando innumerables trastornos
psíquicos de alcance indeterminado. Lo realmente trágico de todo esto es que se
cree alcanzar estados elevados de consciencia cuando no se hace más que
'experimentar' con los estados más inferiores del ser, y esto se corresponde
con el gran trabajo de desviación que se viene llevando a cabo desde las
diversas manifestaciones de estas prácticas y enseñanzas antitradicionales.
Lo que supone un peligro aún mayor de
estas desviaciones es la frecuente confusión (deliberada por parte de sus
generadores, aunque inconsciente por parte de sus transmisores) que se hace
de lo psíquico con lo espiritual. Esta confusión se opera en un doble sentido
que es el que por un lado se manifiesta mediante el psicoanálisis propiamente
dicho, y por el otro mediante las seudo espiritualidades derivadas de él. En
ambos casos lo desconocido, lo que se ignora por completo, resulta ser
justamente lo espiritual. En el psicoanálisis lo espiritual es reducido a lo
psíquico, por lo que lo primero es completamente negado; y en las seudo
espiritualidades lo psíquico es tomado por lo espiritual, lo que fatalmente
concierne a la ilusión de una falsa espiritualidad. Insistimos, si bien ambos
sentidos redundan en evidentes desviaciones, el segundo es aún peor ya que al
presentarse como 'Prácticas Espirituales de Autoconocimiento' no hacen más que
'centrar' la consciencia sobre 'prolongamientos' inferiores de la
individualidad, tomándolos erróneamente por estados superiores simplemente
porque están fuera del cuadro donde se encierra generalmente la actividad del
hombre corriente. Ahora bien, al estar supeditada esta experiencia a los
'prolongamientos inferiores' de la individualidad, los cuales han sido
convenientemente desbloqueados por las técnicas en cuestión, el hombre queda
expuesto a un completo extravío en su nivel infrahumano, alejado completamente
de toda realización espiritual auténtica. Por lo tanto, debemos ser sumamente
cuidadosos al momento de nuestras indagaciones espirituales. La búsqueda puede
conducirnos a la fatalidad del extravío o a la emancipación de la auténtica
espiritualidad. La Verdad brilla por sí misma.
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